22/12/2010.- A principios de este mes se confirmaba una medida largamente anunciada: la subida de los impuestos especiales que gravan entre otros al tabaco. Esta subida responde principalmente a la necesidad del Gobierno de recaudar más impuestos y reflotar así sus cuentas públicas y de forma paralela evitar una nueva guerra de precios como la acontecida en 2006. Tras la implantación de esta medida las tabaqueras se han visto obligadas a mover ficha subiendo a su vez los precios de sus productos para mantener su margen. Sin embargo esa realidad duró apenas unos días ya que durante la pasada semana las tabaqueras han pasado de aumentar los precios a rebajarlos sustancialmente.
Este último movimiento responde sobre todo a cuestiones de competencia y su objetivo es por una parte aumentar el volumen de venta para compensar posibles pérdidas por el aumento del impuesto (tanto por la reducción del margen como por un posible descenso en la demanda). Pero detrás de todo ello también se encuentra la estrategia de las tabaqueras con marcas Premium que ante la ofensiva de las llamadas «low cost» llevan varios meses sacando al mercado versiones económicas de sus referencias y cuyo precio también han reducido en los últimos días. Con esta bajada se sitúan en términos ventajosos frente a las anteriores, suponiendo que los consumidores opten por las primeras al ver reducida la diferencia de precio con respecto a las segundas.
Mientras tanto y como ocurriera el pasado mes de octubre los estanqueros siguen con atención estos movimientos, no tanto por su repercusión en venta como por el perjuicio que pueda ocasionarles en la gestión de su stock. No en vano, excederse en la compra de tabaco a las tabaqueras para su posterior venta al público en medio de tantos cambios puede conllevar serias pérdidas. Al mismo tiempo una compra acertada, tanto en referencias como volúmenes, puede generar algunos beneficios extras que ayudarán a mejorar su balance anual.