TPV en el Estanco: condiciones y recomendaciones de uso
El TPV en el Estanco es una herramienta clave para la venta. En los últimos años ha crecido exponencialmente la demanda de pago con tarjeta, particularmente con la pandemia del COVID-19. Por eso, y porque es un modo de facilitar el pago, y por lo tanto un servicio más al cliente, se hace imprescindible contar con un Terminal de Punto de Venta o datafono en el estanco.
Pero ¿a qué precio? ¿qué intereses cobran las entidades bancarias por el cobro con tarjeta? ¿qué ventajas y qué inconvenientes tiene?
Todas las entidades bancarias ofrecen este servicio, el software y el aparato (datafono) para su establecimiento. Sin embargo, los bancos fijan condiciones distintas de contratación del servicio de cobro con tarjeta.
Por una parte, algunas entidades establecen un coste fijo mensual por uso del datafono; pero otras no, sobre todo si el volumen de transacciones es alto. Lo mismo ocurre con la instalación, reparaciones de averías y sustituciones.
Por otra parte, todos los bancos fijan una comisión sobre las transacciones económicas que se realizan a través del TPV o datafono. El modelo tarifario varía en cada entidad, y suelen ofrecer distintas modalidades de pago o comisiones por transacción:
- Costes fijos (cuota mensual);
- Costes variables (comisión por transacción);
Las comisiones que el banco cobra al estanco se pueden establecer, además, de varias maneras: comisiones fijas por tramos (con comisiones extras cuando se exceda el límite fijado); o comisiones fijas sea cuál sea la facturación por TPV.
CONSEJOS PARA EL ESTANCO
La primera recomendación para un estanco es contar siempre con un TPV para facilitar el pago con tarjeta. De este modo, el estanco ofrece un servicio más al cliente. No es obligatorio, salvo si lo establece una ordenanza municipal, pero sí recomendable.
La segunda recomendación es decidir si se establece una cuantía mínima para el pago con tarjeta. El estanco puede fijar ese mínimo pero si lo hace debe comunicarlo obligatoriamente de forma visible (Por ejemplo, con un cartel o pegatina en la zona de pago). De nuevo, si el estanco no establece un mínimo, facilitará el pago por tarjeta. Para decidir si fijar o no un mínimo es necesario calcular el coste que supondrá para el estanco y estudiar si esta opción supondrá un aumento en ventas suficientemente significativo como para compensar dicha pérdida.
Por otro lado, a la hora de aceptar las condiciones del banco, es importante informarse de las distintas ofertas existentes en el mercado. Los porcentajes de comisión varían en cada entidad bancaria, y también las condiciones de contratación y uso del servicio.
En lo que se refiere a las comisiones, en el caso de un estanco que no facture demasiado en pago por tarjeta, la opción más conveniente puede ser pactar una comisión fija por tramos. Si la facturación del estanco a través de TPV es importante, será más ventajoso establecer un porcentaje de comisión fijo, sea cuál sea el volumen. En ambos casos el estanco puede negociar esta comisión con su entidad bancaria, sobre todo, si su volumen de facturación por TPV es significativo.
Las comisiones que un estanco paga al Banco por el cobro con tarjeta son imputables como gastos ante Hacienda. Es importante solicitar el cómputo de las comisiones devengadas cada trimestre para incluirlas como gasto a la hora de realizar la declaración de impuestos trimestral. No todos los estancos tienen en cuenta este detalle, y puede suponer un volumen significativo en la partida fiscalmente deducible.